Ruta del Cares, Poncebos - Caín, PR-PNPE 3
Localización
Datos técnicos
Inicio de la ruta
La ruta del Cares comienza en Poncebos, lugar al que se accede a través de la carretera AS-114 en dirección Cangas de Onís - Arenas de Cabrales y después por la AS-264 dirección Poncebos.
Aparcar el coche
Existe amplio aparcamiento unos cientos de metros antes de llegar a Poncebos, junto a la central hidroeléctrica y al inicio de la ruta hay algunos huecos donde dejar el coche pero no muchos. Conviene madrugar.
Resumen de la ruta
La ruta del Cares, la Garganta Divina, es una ruta de dificuldad media de unos 21 km de longitud (ida y vuelta) y para la que se necesitarán unas 6 horas y media para recorrerla completamente.
Se trata de una ruta que discurre por parajes impresionantes dentro del Parque Nacional de Los Picos de Europa y que es frecuentada por miles de senderistas cada año. No presenta dificultad técnica y el mayor inconveniente radica en la longitud de la ruta, y la excesiva confianza y falta de preparación de algunos senderistas.
Además, aunque es un sendero cómodo y geneneramente ancho, discurre junto a caídas verticales de muchas decenas de metros. Una caída es mortal. Por ello no es una ruta indicada en principio para niños, en todo caso deben poder caminar grandes distancias y tener edad suficiente para ser responsables, yendo en todo momento bajo la supervisión de adultos.
Una vez llegado a Poncebos y superada la central hidroeléctrica caminamos por una carretera junto a la que existen varios establecimientos hosteleros, pasados éstos llegamos al cartel que nos indica el inicio de la ruta del Cares
La primera parte de la ruta, los dos primeros kilómetros aprox., son de ascensión hasta la zona conocida como Los Collados, desde aquí visualizamos un impresionante espolón que da a un abismo, avanzamos un poco más y nos encontramos con un curioso monolito rocoso, a continuación descendemos para seguidamente llanear la mayoría del terreno.
Pasaremos junto a un impresionante ojo de buey, conocido como El Joracao, e iremos encontrando varias canales que vierten aguas al Cares. En nuestra vertiente pasaremos junto a la canal del Saigu por la que baja la riega del Robro que atravesaremos por un pequeño puente de madera. También se destaca un curioso aliviadero de piedra justo antes del puente.
A partir de aquí el camino va llaneando en general, y atravesando algunos pequeños túneles. Desde algunos puntos se pueden ver las cristalinas aguas del río Cares y según llegamos a la casa de La Viña veremos la canal de Sabugo en el lado opuesto del río, con la surgencia de Farfao junto a su inico.
Seguimos atravesando pequeños túneles excavados en la roca para ir aproximándonos a la majada de Culiembro, donde el canal discurre junto al camino.
Avanzamos acercándonos a la pasarela de Los Martínez, nombrada así en honor de la saga familiar de Los Martínez: montañeros, guías y guardas de Los Picos de Europa. La pasarela fue construía a raiz del desprendimiento de una mole de roca conocida como La Madama de La Huertona, que corto totalmente el camino que une Poncebos con Caín.
Continuamos ruta pasando enfrente de la impresionante canal de La Raiz, atravesando algunos pequeños túneles más antes de llegar al puente Bolín, puente de cemento y metal que nos llevará a la margen opuesta del río.
Caminaremos un trecho hasta llegar a otro puente: el puente de Los Rebecos, que nos llevará de nuevo a la margen izquierda del río, junto a la oquedad conocida como La Cuevona.
Desde aquí nos queda ya solamente el último tramo, avanzando hacia una estrechura del desfiladero donde las paredes de piedra parecen casi tocarse, y el camino discurre por una zona de túneles con algunas aberturas por las que entra luz y chorrea agua. Estos túneles nos llevarán hasta la presa de Caín, donde el paisaje se abre y el camino nos llevará en unos pocos cientos de metros a nuestro destino: el pueblo de Caín.
Descripción del itinerario
Junto al aparcamiento del funicular a Bulnes sube una carretera que pasa junto a varios establecimientos de hostelería. Una vez los dejamos atrás encontraremos el cartel de inicio de la ruta. Comentar que se puso el gps a grabar ya comenzada la ruta unos 200 metros.
Comenzamos subiendo por un sendero empedrado, un ligero ascenso que será la tónica durante los dos primeros kilómetros aproximadamente.
El sendero es bastante cómodo en todo el trayecto y se encuentra "armado" en bastantes tramos como en el caso de la foto inferior.
Antes de llegar a Los Collados, pasaremos junto a un grupo de construcciones abandonadas. Barracones usados por los obreros durante la construcción del Canal.
Tras superar Los Collados divisamos un impresionante espolón que "cuelga" literalmente en el vacío.
Una foto no vale el riesgo de caer. Nunca.
El sendero desciende ligeramente y tirando de zoom, nos regala un típica estampa de esta ruta: senderistas atravesando uno de los múltiples pedreros que nos encontraremos en el camino. Al fondo intuimos la figura de un ojo de buey.
En el descenso nos encontramos con esta curiosa formación rocosa producto de la erosión. También se aprecia algo a tener en cuenta: durante las horas centrales del día en muchas zonas de la ruta no tenemos escapatoria del sol. Durante casi todo el trayecto nos caerá a plomo, además el sol se refleja en la piedra produciéndose un efecto similar al de la nieve.
La Garganta Divina ante nuestros ojos. Impresiona siempre por muchas veces que lo hayas visto.
El sendero, suficientemente ancho y cómodo, nos lleva hacia el interior del desfiladero, recorriendo los pliegues de la peña. Una sucesión de curvas y contracurvas junto al precipicio.
Echando un vistazo hacia atrás vemos lo impresionante del camino que acabamos de andar.
Llegamos después de varias revueltas a la base de la pequeña canal bajo el ojo de buey conocido como el Joracao.
Otra vista atrás hacia la zona de Los Collados que nos da una idea del camino que llevamos recorrido.
Caminamos por un camino que se encuentra en ocasiones excavado literalmente en la roca.
Llegamos a la cabaña o casetón del Saigu, donde el canal de agua se hace visible y nos encontramos a continuación con la canal del Saigu, por donde llegan las aguas del arroyo Robro que cruzamos por un puente de madera.
Al girar vemos un curioso aliviadero de mampostería.
Una zona en la que las aguas del río Cares son visibles desde las alturas.
Pasamos a continucación por una zona con varios pequeños túneles.
Llegamos a la surgencia del Farfao, que aparece junto a la canal de Sabugo, por donde salen aguas subterráneas del macizo central.
La casa de La Viña pegada a la peña, casi formando parte de ella.
Por favor no demos de comer a los animales que nos encontremos. Es contraproducente: malo para los animales y malo para los senderistas. Las cabras acaban acercándose corriendo pedrero abajo con el consiguiente riesgo de desprendimientos (no es una broma) además de poder asustar a personas que se encuentren cerca del precipicio.
El siguiente lugar destacado que nos encontraremos será la majada de Culiembro, junto a la canal del mismo nombre. En este lugar el canal de agua discurre junto al camino.
Al poco nos encontraremos con este tramo de sendero excavado en la roca, en la zona conocida como La Huertona.
Justo en este lugar, donde aparece ahora una pasarela, existía una roca con forma de panza conocida como La Madama de La Huertona, que se desprendió llevándose parte del sendero y de la canal de agua, en el año 2012.
Para solucionar el problema se construyó en tiempo record una pasarela denominada pasarela de Los Martínez, en honor de la famosa saga de guías de montaña y guardas de Los Picos de Europa.
Uno de los tramos de la senda en la que el canal de agua discurre por debajo de ella.
Llegamos al primero de los puentes que cruzaremos: el puente Bolín, que nos llevará a la margen contraria del río Cares.
Otra perspectiva del puente Bolín una vez cruzado, mirando hacia Poncebos, donde se aprecia perfectamente la corta distacia que separa ambas paredes de piedra.
Después de un corto trayecto llegamos a segundo de los puentes, el puente de Los Rebecos. Este puente sustituye a otro más antiguo hecho de madera de roble.
Debajo tenemos la típica estampa de la ruta del Cares, con el puente de Los Rebecos y a la izquierda se intuye La Cuevona.
Sólo nos queda recorrer el último tramo de la ruta, donde las paredes de la peña parecen tocarse, y el camino discurre por un tramo de túnel de unas decenas de metros.
Llegamos a la presa de Caín, con su escala para peces y cruzamos al otro lado del río a través de un pequeño puente.
Unos cientos de metros más y llegamos a nuestro objetivo: Caín, fin de ruta.
Importante.
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Lo que para una persona puede resultar fácil, para otra no. Que una ruta pueda ser realizada por niños no significa que no se deba acometer su realización sin más, sin equipamiento adecuado, forma física ni vigilancia de los menores.